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martes, 22 de octubre de 2019

PANFLETO A LOS HUESOS DE GALLEGOS (Luis Perozo Cervantes)





PANFLETO A LOS HUESOS DE GALLEGOS

Rómulo Gallegos debieron matarte
romper tus huesos, lanzarte al mar
no al exilio, no a la vergüenza de ser un santo
Rómulo Gallegos debiste ser enterrado en una fosa común y tus huesos ser buscados por millones de venezolanos como si buscándolos estuviesen tras la democracia perdida Matarte y hacerte mártir matarte y transmitir por radio tus alaridos el sonido de tu voz de maestro de escuela llorando por los niños sin zapatos ni salones por el paludismo que mermaba las sonrisas por el fantasma de tu democracia que no dejaba dormir a los cuarteles Rómulo Gallegos debiste morir ajusticiado por el crimen imperdonable de ser electo presidente por todos por la culpa intransferible de ser la llama que enciende la libertad en los hogares Debiste morir temblando con un cuchillo atascado en la garganta para que el uniforme caqui, lleno de sangre, de tu asesino no pudiera ser lavado jamás y todos los militares quedasen proscritos de las flores y la esperanza Debiste morir joven y tu muerte debió ser ejemplar para que en todo el país se levantaran estatuas con tu nombre en el pecho como el más grande presidente jamás visto y tu nombre no fuera solo un recuerdo en el bachillerato mal leído de tus libros Tu cuerpo expuesto en el capitolio, en el palacio de Miraflores, en la plaza Bolívar debería recordarnos el valor del sufragio la encendida piel de un pueblo cien veces gobernado por militares corruptos la infinita ternura de haber tenido un presidente maestro: Rómulo Gallegos, padre de la patria de adentro fundador de un país donde todos tenemos derecho a decidir Debiste morir trágicamente, prócer civil no de viejo, rodeado de gloria adormecido y satisfecho por una frágil democracia Debiste morir clavado en la cruz, junto a tus dos ladrones Andrés Eloy Blanco, el bueno; y Rómulo Betancourt al otro extremo para que los venezolanos soñáramos tu resurrección de ateo milagroso y aún en la noches más oscuras de la tiranía, se contaran tus hazañas con fe tus valientes palabras, no solo tus libros tu toma de posesión más gloriosa que la de Napoleón Debiste morir en 1948 el pueblo cargar tu cuerpo llenarlo de flores y ponerte durante días ante la vista del cielo como evidencia de un milagro: un hombre que aún muerto vive en la lucha de los suyos por la libertad
Rómulo Gallegos, tu muerte no te hace justicia
ni habla de tu epopeya ni de tus glorias
pero maldigo el coraje que siento al no tener tus huesos
para saber que al menos moriste.

(Luis Perozo Cervantes. Zulia-Venezuela 04/05/2017)


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